Me estoy alejando de ti, con mi
maleta llena de recuerdos, cuando te des vuelta y veas que hablas al vacío, te
alegrarás, lo sé, pero son cosas que pasan, simplemente suceden y no hay que
culpar a nadie, estoy caminando en círculos, tal y como me gusta, sin analizar
sueños o emociones perdidas, sin mirarle a los ojos del destino para que me
grite que estoy perdida y que a mi nada, ni nadie me espera, que debo fumar
más, que debo hacer más cosas, que debo morir joven y aparentar que tengo
muchas ganas de vivir, aún cuando esté lejos de esta carretera y sea tan
improbable que me atropelle algún conocido…
Cuando sea tarde, cuando no haya
estrellas ni oscuridad, recordarás que tienes mis llaves en el bolsillo
izquierdo, irás a devolverlas, entrarás, verás el vacío y eso quedará en ti, es
mejor no preguntar nada porque posibilita otra pregunta como respuesta, o
quizás un “¿y usted?” que nadie quiere responder.
Habrán miles de kilómetros en el
medio, habrán palomas y gaviotas volando, mas crímenes, más humanidad, más
milagros, pero yo seguiré esperando a que algo suceda, algo que inspire y
destruya todo a la vez, que me destruya de una vez por todas y de esa manera no
tener que ver el vacío, no tener que regalar vacío sobrante.
El mundo seguirá con su movimiento
infinito, miento, el mundo se cansará de todos, así como lo hizo de mí, lo
demostrará y las cosas quedarán tal y como deben estar y después de estar una
vida unidos, ya no quedara absolutamente nada en común.