domingo, 28 de diciembre de 2014

"Divagaciones #7"

Hay cosas que siguen rompiéndote el corazón a pesar del tiempo, la distancia, el sol y la tos, a pesar de no conocer el amor, porque solo practica su egoísmo insípido. Él es de esas fibras inherentes a mi naturaleza, de esos mensajes ocultos y cifrados que en cada esquina noto, porque es una idea que sigue ahí, sobreviviendo a través de los años.

Es tan absurda la soledad, la infelicidad, los caminos llenos de hojas que crujen y lloran en cuanto uno las pisa y les quita la vida, así sucede y así sucedió, él no era nadie, pero un día se convirtió en alguien, paso por mi camino, me piso, crují y lloré, después de un rato morí, no completamente, solo esa parte donde se localiza ese tipo de dolor indescriptible, en el mismo lugar donde cayeron tachuelas y alfileres cuando decidí moverme un poco más allá.

El finge sus besos, sus lágrimas, yo le creo todo lo que me niega, todo lo que me inyecta, es tan absurda esa tristeza en el aire, tristeza de besos cortos, de sueños perdidos en alguno de mis bolsillos, tú tienes esa mirada de culpa y yo me pregunto si fuiste tú quien perdió algo, y por eso tu demora, tu cobardía, tus ganas de golpearme, de recordar cosas viejas, de historias de hace muchos años.

Yo no tengo la simpatía de darle vida o música a las letras en un papel, así como tú no tienes la empatía con cualquier ser vivo, y lo único que necesito es un poco de dinero para salir de acá.