Me
odiaba sin siquiera conocerme, no admitía razón en contrario a la suya, ni
opiniones que contradijeran todo lo que deseaba, me odiaba por sospecha, por su
propio beneficio, me odiaba y me odió tanto que jamás le importó mis motivos,
mis razones, mis dolores, nunca le interesó desaparecer antes de causar todo
este daño, nunca le importó que yo pudiese caer en esta actitud derrotista por
su culpa, sé que tengo en gran parte la culpa, pero dejé de tomarla totalmente
en cuanto dimensioné que desconocía quién era, que me mentía todo el tiempo, mirándome
a los ojos, mientras yo dejaba partes de mi a diario solo por ser destacable,
se ocupaba siendo detallista con alguien que precisamente criticó y se burló
tiempo después en mi presencia, cosa que también era mentira, cada engaño es
odio, y sumó tanto que no quiero más odio, de su parte y de todas esas personas
que condujo a que me odien y me repulsen, no hice nada, no he hecho nada, y es
cansado malgastar mi tiempo en probar mi inocencia cuando nadie me quiere
creer, bastó con una frase repetida para que yo perdiera lo poco que soy
delante de los otros, ahí me di cuenta que no tengo nada para darle a nadie, y
que mis intereses no van más allá de la carne y que el interés de los otros
sobre mí no trasciende, es como si en cierto punto estuviese destinada a estar
oculta en la vida de los otros, a no ser tomada en serio y existen un montón de
casos aplicados que lo demuestran, también me di cuenta de lo rota que estoy,
que solo fue necesario recuperarme un poco para que alguien entrara a mi vida a arrebatarme mi poca paz, a regalársela
a otras personas para que jueguen conmigo y mi reputación, que jamás recibiré
disculpas, que entregar es tan negativo como no hacerlo, así que prefiero lo
último, si sabiendo todo lo que me ocurría fue capaz de solicitar entrar a mi
casa, a mi habitación y a mi cuerpo solo para burlarse, mentir, engañar y
criticar quien soy, sin siquiera saberlo, para venir a apuñalearme con su odio,
con sus venenos, sin razón alguna, como si fuera su enemiga, como si yo le
hubiese hecho algo tan grave que fue necesario vengarse de mi, pero yo no le he
hecho nada, aún cuando debería, no sé si este sea mi karma, el constante vacío
de la confusión, del no comprender por qué las cosas funcionan de esta manera,
de encontrar canciones y recuerdos que solo me dan a entender que me golpeé de
frente con su egoísta odio, con su fastidio, con su hipocresía, que cada frase
desde el principio fue falsa y que no sé cómo despegarme de mi odio, de mi
rencor, si no voy a obtener alguna explicación, jamás, ni por error, y no sé si
la quiero, porque igual voy a dudar, igual voy a obtener mentiras más grandes
que las anteriores, cómo se supone que uno sane si en cada intento llega
alguien a arrebatarme lo poco que tengo, lo poco que construyo, a hacerme
reclamos y confrontaciones que se escapan a mi creatividad, es este cansancio
tan exasperante que no me deja continuar, a veces tan solo quiero dormir.
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