Un día caes en cuenta que no vales nada, que la gente te pisotea porque eres invisible y nunca pudiste tomar forma, la gente no te respeta porque es muy difícil captar tu presencia, porque no tienes nada en los bolsillos, porque siempre se dirán cosas tan horribles de ti e igual no hay nadie quien te defienda, y la auto-defensa resulta ridícula en el momento en que nadie te cree y es obvio, además de lógico y natural que te defiendas a toda costa.
Ves un montón de colores y
formas, quieres ir tras ellas pero tus cadenas no son tan largas y de todas
maneras no tienes lo necesario para visitar ningún lugar bonito, tu sabes que
no vales nada, e igual te empeñas en creer historias fantásticas, como los
demás te engañan diciéndote que vales mucho y que cada cosa tarda en llegar,
pero tú en el fondo, sabes que no es cierto, que lo bueno llega cuando debe
llegar, pero a ti nada te llega, ni nada te dura, y es por eso, porque por más
que leas, y te eduques y hayan algún montón de mal nacidos y estúpidos esperándote,
son eso, escoria, tanto como tú, pero te atreves a descartar y discriminar, a
mirar por encima de tu hombro.
No vales nada, es mejor
procesarlo y aceptarlo, de valer algo no estarías así, no te quejarías de
soledad, frío, abandono, de tanta carencia, no vales nada.
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